Escribe: María Laura N. para Ambiente en Lucha.
Se trata de un estudio publicado en la revista científica Clinical Epidemiology and Global Health, de nombre “Incidencia y mortalidad por cáncer en localidades rurales argentinas rodeadas de tierras agrícolas tratadas con pesticidas”, que confirma que vivir en pequeñas localidades rurales cercanas a las aplicaciones de plaguicidas agrícolas tiene un impacto negativo en la salud. En concreto, indica que en estos pueblos fumigados (tomando como caso testigo ocho localidades en la provincia de Santa Fe) la mortalidad por cáncer en la población de 15 a 44 años es al menos 2,5 veces mayor (un 250% más) que en el resto del país.
En adultos mayores la mortalidad por cáncer es un 150% mayor que el promedio nacional.
El trabajo, realizado por el Instituto de Salud Socioambiental (ISS) de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), analiza los datos de las ocho localidades, que corresponden al área agroindustrial de la provincia de Santa Fe, obtenidos mediante encuestas sanitarias realizadas por alumnos del último año de la carrera de Medicina. Así, fueron evaluadas un total de 27.644 personas, que representan el 68% de la población total de Acebal, Arteaga, Chabás, Luis Palacios, San Genaro, Sastre, Timbúes y Villa Eloísa.
Por otra parte, los datos arrojados por el estudio establecen que el porcentaje de fallecimientos por cáncer cada 100.000 habitantes en las ocho localidades investigadas es del 30%, contra el 19,8% del resto del país.
La investigación, que demostró que la incidencia de cáncer en la población de las ocho localidades fue significativamente mayor en comparación a la población general, fue realizada por los investigadores Damián Verzeñassi, Alejandro Vallini, Facundo Fernández, Lisandro Ferrazini, Marianela Lasagna, Anahí J. Sosa y Guillermo E. Hough.
Fumigaciones y agrotóxicos
En la región pampeana (Buenos Aires, Entre Ríos, centro-sur de Santa Fe y Córdoba y este de La Pampa), se producen el 85% de los principales cultivos del país, soja, maíz y trigo transgénicos. Esto representa una superficie de más de 25 millones de hectáreas donde se estima que la utilización de pesticidas agrícolas para estos tres cultivos representa unos 138 millones de kilogramos anuales.
La investigación también expone que numerosos estudios demostraron que las fumigaciones, al ser aplicada, no alcanzan solamente su objetivo sino que fueron encontradas en regiones urbanas y periurbanas. Esto se conoce como “deriva”, que es, en las aplicaciones agrícolas, “aquellas aspersión que no alcanza el blanco objetivo del tratamiento”. Esto puede generar efectos indeseados en el ambiente. Estas derivas son producto de una “legislación laxa”; puede existir legislación al respecto pero el “control es generalmente débil”, lo que favorece “el aumento de derivas hacia las localidades rurales”, indicó el documento.
Vale recordar que estos plaguicidas, rociados en el medio ambiente, no son inocuos para la salud humana. En este sentido, la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) clasificó al glifosato como “probablemente carcinógeno para los seres humanos”. Pero no solamente el glifosato es dañino: algunos tipos de cáncer se relacionaron con plaguicidas específicos, por ejemplo el cáncer de pulmón al 2-4-D.
Fuentes:
- https://alltecbio.com/como-disminuir-la-deriva-en-aplicaciones-agricolas/;
- https://www.analisisdigital.com.ar/nacionales/2023/02/13/santa-fe-estudios-confirman-que-hay-mas-cancer-en-localidades-con-mas;
- https://lavaca.org/notas/tropico-de-cancer-los-jovenes-de-los-pueblos-fumigados-por-agrotoxicos-en-argentina-tienen-250-mas-chances-de-contraer-la-enfermedad/.