Escribe: Nicolás Núñez, por Ambiente en Lucha e Izquierda Socialista
En un artículo escrito por nuestro compañero Agustín Gigli, integrante de la Asamblea No a la Mina Esquel, desarrollamos una crítica a las posiciones que nuestres compañeres del Frente de Izquierda Unidad están levantando en el marco de los debates del año electoral en curso, y en particular, ante las monumentales promesas que se venden respecto de que la explotación de litio sería la vía de resolver buena parte de los problemas económicos del país. Escribimos aquel artículo, centralmente, porque vemos que las propuestas y proyectos que están siendo impulsados corren el riesgo de posarse sobre la misma promesa extractivista, abriendo un curso de colisión entre la izquierda y los reclamos de los territorios.
Les compañeres de PO, respondieron a nuestra crítica en un texto bastante particular, dado que: a) elude responder al eje de nuestro planteo, a saber, que su propuesta de campaña se sostiene sobre la idea de la continuidad de la explotación megaminera, pero bajo otra lógica de propiedad; b) terminan por plantear que en realidad su política para el litio es sólo realizable bajo un gobierno de les trabajadores, sin ninguna consigna intermedia o transicional de por medio; y c) nos invitan a “debatir” a un acto divisionista de proclamación de sus candidaturas para las PASO.
La bandera de PO: “Megaminería bajo control obrero”
Nos parece que la condición de entrar al debate, éste y todo debate, es nombrar las cosas por su nombre. La explotación de litio actual, y su estructura desplegada en instalaciones como la de Livent en el Salar del Hombre muerto, es una actividad megaminera, particularmente, por el intensivo uso de agua que implica. Como señalan las especialistas Patricia Marconi y Amelia Clark en el último informe de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), en estas explotaciones: “el consumo es aproximadamente 1 millón de litros de salmuera y 300.000 litros de agua dulce por tonelada de litio extraído por año. Considerando que cada proyecto tiene un rango de extracción de 10.000 a 40.000 tn/año y una vida útil de 40 años, los volúmenes de agua evaporada son gigantescos y alarmantes, especialmente en el contexto de crisis hídrica global”. Esto se debe, a que la infraestructura que se encuentra desplegada a lo largo de los humedales altoandinos es esencialmente de explotación evaporífera. Técnicas alternativas, de menor peso hídrico, se encuentran en estudio en nuestro país, y de hecho, les trabajadores del CONICET y del Centro de Investigación en Materiales y Almacenamiento de Energía de Jujuy (CIDMEJU), denuncian la falta de inversión estatal, y la entrega de esa rama estratégica de desarrollo científico al capital privado. Nuestro planteo parte de esta realidad.
En su respuesta, PO dice que es forzada nuestra interpretación del spot de Gabriel Solano con su propuesta de explotación de litio, cuando criticamos que es incorrecto plantear meramente la estatización, sin hacer referencia a este problema ambiental, y entonces nos remiten a un artículo del año pasado de su Revista “En defensa del Marxismo” donde sí habrían desarrollado más acabadamente su propuesta.
El problema es que cuando hacemos el ejercicio de complementar el texto del spot con el de la Revista que nos mandan a leer, nos encontramos la misma posición, incluso en términos más brutales: “Mucho se discute hoy sobre cómo debe ser la explotación del litio en este momento de boom mundial de precios y demanda. En cualquier caso hay algo que no debería discutirse: el yacimiento que Livent opera desde hace 20 años en el Salar del Hombre Muerto en el límite entre Salta y Catamarca debe ser expropiado y puesto a andar por el estado bajo control de los trabajadores” (PO, 22/10/2022). El PO nos ofrece una definición de diccionario de “megaminería bajo control obrero”, y plantea que ni siquiera debería discutirse la continuidad de la explotación. PO se vale para su justificación en que “no están concluidos los estudios sobre las consecuencias ambientales de los actuales métodos de producción del litio”, PO, así pareciera poner en duda las denuncias de las asambleas que señalan la explotación hasta su agotamiento del Río Trapiche. Con lo cual ante la “duda”, en vez poner un freno, una moratoria, como planteamos desde Ambiente en Lucha e Izquierda Socialista, en vez de que prime el principio precautorio ante los potenciales riesgos ambientales, PO nos dice que no se puede discutir que la potencial “Livent obrera” tiene que seguir produciendo.
En suma, que el PO, más allá de dedicar unas líneas a hablar de la problemática ambiental, no plantea modificar el sistema de extracción, lo ratifica el hecho de que cierren el artículo planteando las viviendas que se podrían construir con la “renta absolutamente extraordinaria” de la explotación de litio. Porque nadie podría asegurar que los sistemas experimentales de obtención sin uso intensivo de agua, aún en desarrollo, sostengan desde el vamos la misma rentabilidad que los mecanismos de extracción evaporífera que fueron desarrollados no en función de su articulación en una red de generación de valor agregado en el país, sino que están estructurados al servicio de una lógica extractivista de remisión de materias primas para las multinacionales. Para nosotres, en cambio, las miles de viviendas que efectivamente necesita todo el norte argentino deben construirse en base al no pago de la fraudulenta deuda externa, de impuestos a las grandes empresas, y de cobrarle a las multinacionales por sus crímenes ambientales, así como también, que devuelvan los millones de dólares que se llevaron del país subfacturando exportaciones.
Digamos al pasar, que esta postura del PO actual es continuidad de planteos previos de “fracking bajo control obrero”, y a tal punto es fundante de los planteos de esta corriente y no una malinterpretación nuestra, que si vamos a ver el planteo del partido de Jorge Altamira (fundador de PO), Política Obrera, la consigna es la misma pero sin rebusques: “control obrero de las industrias contaminantes” (Política Obrera, 26/5/23).
Una vuelta carnero propagandística hacia la nada
Volviendo a la respuesta que nos dedicaron les compañeres de PO, nos encontramos con que después de que hicieran una reivindicación de su elaboración previa, en defensa de la estatización de la extracción del litio bajo control obrero, el artículo pega un giro sobre sí mismo para terminar planteando que en realidad, su consigna no es aquella sino “el gobierno de les trabajadores”, dado que “fuera de estos términos no es una salida la estatización”. O sea, después de plantearnos que ni siquiera debía ponerse en discusión que de forma inmediata Livent debería seguir gastando millones de litros de agua diariamente, solo que bajo control obrero, ahora nos dicen que no, que en realidad la megaminería bajo control obrero será una realidad únicamente en el gobierno de trabajadores que piensa PO.
Digamos que nunca va a dejar de ser cierto que aisladamente, la estatización de los minerales estratégicos bajo control de sus trabajadores y las comunidades, no resulta en sí una salida definitiva, ni ante el problema económico, ni ante la transición energética. Ahora, lo propio podríamos plantear ante cualquier problemática (ambiental, económica, salarial, de derechos democráticos, etc., todas), que nunca va a poder resolverse en sí misma y definitivamente mientras no terminemos con el poder político de la burguesía. Y por eso, siempre nuestros programas y campañas electorales deben tener la consigna del gobierno de trabajadores y la izquierda. Ahora bien, si fuéramos hasta el final con el planteo de PO, no habría ninguna consigna intermedia, ninguna consigna transicional, en vez de buscar puntos de movilización junto a la clase trabajadora, los movimientos de lucha, las asambleas territoriales, y las comunidades, deberíamos únicamente hacer agitación del gobierno de trabajadores, porque ninguna otra consigna en sí misma resulta una “salida”. Se trata de un planteo ultimatista, desmovilizante y también derrotista. Porque parte de negar que es posible conquistar triunfos parciales mientras aún no tengamos la fuerza de pelear por el gobierno.
Lo cual es lo contrario de la historias recientes como las del Chubutazo, y los 20 años de lucha que han mantenido la megaminería fuera de Chubut. Mientras sigan gobernando el PJ y partidos patronales, la amenaza estará siempre al acecho, pero mientras tanto, ha sido muy correcto desarrollar la movilización por el NO a la mina. Así como tan necesario es hoy en día trazar un puente hacia las expresiones de resistencia socioambiental al saqueo extravista del litio a través de consignas que puedan impulsar la movilización. Algo que bajo ningún punto de vista puede hacerse bajo la bandera de la megaminería bajo control obrero que promueve PO.
Volvemos a citar, entonces, para quienes se sumen en este punto al debate, cuales creemos que son los puntos en base a los cuales debe plantarse la izquierda frente a la pregunta de qué hacer con el litio: 1) frenar el saqueo y la destrucción ambiental; 2) estatización del conjunto de los minerales estratégicos bajo control de les trabajadores y las comunidades; 3) moratoria (freno) de la explotación supeditada a a) la definición de las comunidades locales y les trabajadores en base a construcción de información científica de forma independiente de los intereses empresariales y de procesos asamblearios de información y participación directa vinculantes, y b) la inversión, descubrimiento y desarrollo nacional de tecnología de obtención de litio que no destruyan los humedales y territorios en general, así como también de desarrollos de valor agregado y generación de empleo en las provincias y no solo exportar materias primas; 4) garantizar el conjunto de los puestos de trabajo de la industria sobre la base de reconvertir la producción en tareas de remediación ambiental sosteniendo los salarios y convenios más favorables, 5) desarrollo de un plan de transición energética que no se base en la búsqueda de ganancias del capitalismo del norte global, sino de las necesidades de adaptación y mitigación al cambio climático de nuestros territorios. Todo lo que desde ya se combina con el programa que levantamos desde nuestras organizaciones y el FITU que incluye explicar la necesidad del gobierno de les trabajadores y la izquierda, pero de forma combinada y no contrapuesta al desarrollo de consignas inmediatas para la movilización y el freno del saqueo y la destrucción ambiental capitalista.
Sobre el acto divisionista del 17 de junio
A modo de provocación, y tras eludir responder a nuestro cuestionamiento, el PO nos plantea que deberíamos ir a discutir estos temas al acto de campaña que convocaron junto al MST tras unilateralmente quebrar las discusiones en la mesa política del FITU en búsqueda de una unidad entre los cuatro partidos que lo integramos. Un acto que tiene como principal objetivo el de ratificar y lanzar las candidaturas de Solano-Ripoll y demás cargos acordados entre ambos partidos, intentando tapar con un supuesto evento “democrático para debatir todo”, como lo llaman, su clara vocación de pisotear los acuerdos políticos alcanzados hasta el momento y forzar al FITU ir a las PASO, sobre la base de plantear que en vez de consensuar una fórmula que respete los acuerdos, llaman a un evento donde dos partidos le impongan al resto sus definiciones y candidaturas, es decir, un método contrapuesto al funcionamiento que permitió que el Frente de Izquierda pueda sostenerse en pie desde el 2011 a la fecha. A eso se le sumó que dicen que ahí PO y MST van a definir un nuevo “Programa del FITU” sin dos de sus integrantes, Izquierda Socialista y PTS. O sea, romper con los 22 puntos con los que se puso en pie hace 12 años. El carácter divisionista del evento es total.
Pero aprovechemos la provocación para decir algo más sobre un aspecto que puede confundir a compañeres activistas del movimiento socioambiental y más allá de él, sobre que se trataría de una instancia para “discutir todo sin mesas chicas”. Veamos. El PO levanta megaminería de litio bajo control obrero, el MST en cambio, en el otro extremo, “el litio no se toca” (3/5/23). ¿Acaso la Red Ecosocialista del MST va a supeditar su rechazo a la megaminería a que el PO le imponga su consigna? ¿O en cambio, va a haber una “mesa chica” donde preacuerden qué levantar o bien, qué puntos omitir, al margen de que después pueda explicar su postura contrapuesta? Nos inclinamos porque pasará lo segundo. Porque efectivamente los acuerdos entre partidos funcionan de esa manera, y eso es lo que es el acto divisionista del 17: un acuerdo de partidos, entre PO y MST contra todos los acuerdos políticos y programáticos previos del FITU.
¿Está mal abrir instancias de debate e intercambio de visiones entre las organizaciones del FITU y abierto a distintos espacios y activistas? En absoluto, eso hicimos recientemente discutiendo de forma abierta y de común acuerdo las distintas posiciones ante la invasión de Rusia a Ucrania, y eso hicimos ante la Huelga Mundial por el Clima de septiembre de 2019, donde junto a organizaciones socioambientales empezamos a trazar los lazos que luego ayudarían a la conformación de la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones. Pero una cosa muy distinta es forzar espacios de imposición de definiciones, eso es un camino rupturista para el FITU.
Ante todo esto, y en particular, ante la proclamación del lanzamiento de la fórmula de PO y MST para competir en las PASO por los cargos con Solano-Ripoll, ratificamos que desde Ambiente en Lucha e Izquierda Socialista conformamos junto a les compañeres del PTS una lista que, respetando los acuerdos que hemos alcanzado a lo largo de estos doce años, se postula para enfrentar a todos los políticos capitalistas con grandes luchadoras y luchadores, haciendo valer el programa de independencia de clase que tiene el FITU y sus mecanismos de debate interno. Es decir, defender los pilares que tenemos para seguir construyendo una alternativa política que pelee en nuestro país por una salida de fondo, socialista, que ponga fin al extractivismo capitalista y todas las formas de depredación de la naturaleza.
8/6/23