Escribe: Belén, estudiante de Derecho UBA
Hace tan solo 15 días fue noticia la aprobación del trigo transgénico HB4 en Argentina, siendo el primer país del mundo en dar el paso en la utilización de este nuevo transgénico. Cabe destacar que, lamentablemente, y bajo el mismo discurso de supuestas mejoras en el rendimiento ante las condiciones de “estrés hídrico”, el uso del trigo transgénico HB4 fue también autorizado en la última semana en Australia, Nueva Zelanda y Colombia.
Como desde Ambiente en Lucha se caracterizó en notas anteriores, la aprobación por parte del Gobierno Nacional del uso de este nuevo transgénico implica el empeoramiento sustancial de la calidad de los alimentos que consumimos, por no decir que estamos, directamente, consumiendo veneno.
Esta situación fue también puesta de manifiesto por distintos personajes y referentes el mundo culinario y la alimentación en la última semana, quienes se expresaron fervientemente en contra de la medida. Para esto, usaron el hashtag #ConNuestroPanNo al mismo tiempo que también lo hicieron cientifiques que firmaron una solicitada contra la aprobación de este nuevo evento transgénico.
Dentro de los comentarios realizados en las redes sociales cabe destacar algunos. Por ejemplo, el realizado por la pastelera Pamela Villar quien publicó: “¿Por qué no queremos más transgénicos en el campo? Porque aumentaron 1500 % el uso de agroquímicos que envenenan la tierra, el agua, el aire y nuestros cuerpos. Porque desplazaron del campo a más de 200 mil familias campesinas desde que aparecieron en 1996. Porque impulsan deforestación, ocupan ya 80% de la superficie cultivable del país pero no mejoran el hambre y la nutrición?”
En esta misma línea, los cocineros de Gran Dabang dijeron: “El pan que les das todos los días a tu hijo. Un nuevo trigo transgénico fabricado amenaza con cambiarlo. No queremos más veneno en nuestra comida. No al trigo transgénico”. Asimismo, Juliana López May se manifestó diciendo: “Hay abundante trigo en Argentina, necesitamos protegerlo, cuidando los bosques para evitar sequías que genera el agronegocio. Queremos una tierra sana en la que crezcan nuestras semillas. Digámosle no al trigo transgénico”.
Desde Ambiente en Lucha nos sumamos a las manifestaciones y decimos NO al trigo transgénico. Este modelo agroindustrial ya no da para más. Es necesario luchar por un ambiente sano, por alimentos de calidad, por suelos fértiles, por agua y aire puros, y por soberanía alimentaria.