Imagen tomada del sitio web: https://www.abdn.ac.uk/news/16424/.
Traducción de Belén B., estudiante de Derecho
Según reveló una nueva investigación, desde antes de nacer los bebés tienen partículas de contaminación del aire en sus pulmones en desarrollo y otros órganos vitales desde el primer trimestre.
Científicos de la Universidad de Aberdeen, Reino Unido, y la Universidad de Hasselt, Bélgica, estudiaron nanopartículas de contaminación del aire, llamadas carbono negro (conocidas también como partículas de hollín), para ver si pueden llegar al feto.
Los hallazgos, publicados en Lancet Planetary Health, muestran que el bebé recién nacido y su placenta están expuestos a nanopartículas de carbono negro de contaminación del aire proporcionalmente a la exposición de la madre.
Estas nanopartículas también cruzan la placenta hacia el feto en el útero ya en el primer trimestre del embarazo y llegan a sus órganos en desarrollo, incluidos el hígado, los pulmones y el cerebro.
El carbono negro es un material negro como el hollín liberado en el aire por los motores de combustión interna, las centrales eléctricas de carbón y otras fuentes que queman combustibles fósiles. Es un componente importante de la materia particulada, que es un contaminante del aire. Los mecanismos por los que estas nanopartículas provocan problemas de salud son poco conocidos, aunque en parte se deben a los productos químicos con los que se recubren durante la combustión.
Estudios previos realizados por el equipo de la Universidad de Hasselt encontraron que las nanopartículas de carbón negro ingresan a la placenta, pero no hubo evidencia sólida de que estas partículas luego llegaran al feto.
En este último estudio es la primera vez que se demuestra que esto ocurre. El equipo que llevó a cabo el estudio dice que los hallazgos son muy preocupantes.
El profesor Tim Nawrot dijo: “Sabemos que la exposición a la contaminación del aire durante el embarazo y la infancia se ha relacionado con la muerte fetal, el parto prematuro, los bebés con bajo peso y el desarrollo cerebral alterado, con consecuencias que persisten durante toda la vida”.
Además, sostuvo: “Mostramos en este estudio que la cantidad de partículas de carbono negro que ingresan a la madre se transmiten proporcionalmente a la placenta y al bebé. Esto significa que la regulación de la calidad del aire debe reconocer esta transferencia durante la gestación y actuar para proteger las etapas más susceptibles del desarrollo humano”.
Para responder a la pregunta de si estas partículas viajan desde la placenta hasta el feto, el profesor Nawrot se unió al profesor Paul Fowler, cuyo equipo estudia los fetos humanos del primer y segundo trimestre.
El profesor Fowler dijo: “A todos nos preocupaba que si las nanopartículas ingresaban al feto, podrían estar afectando directamente su desarrollo en el útero. Lo que hemos demostrado por primera vez es que las nanopartículas de contaminación del aire por carbono negro no solo ingresan a la placenta del primer y segundo trimestre, sino que también llegan a los órganos del feto en desarrollo, incluidos el hígado y los pulmones. Lo que es aún más preocupante es que estas partículas de carbón negro también ingresan al cerebro humano en desarrollo. Esto significa que es posible que estas nanopartículas interactúen directamente con los sistemas de control dentro de las células y los órganos fetales humanos”.
Los autores del estudio concluyen que ahora que se sabe que el feto en desarrollo en el útero está directamente expuesto a las partículas contaminantes del aire de carbono negro, descubrir los mecanismos involucrados en los riesgos para la salud se ha vuelto aún más urgente.
Texto traducido del sitio: https://www.abdn.ac.uk/news/16424/.